El Consejo de Administración de Suomen Rahapaja (Ceca de Finlandia) ha anunciado su cierre definitivo para la primavera de 2025. Esta medida se debe a las transformaciones en los sistemas de pago a nivel global y al deterioro de las condiciones comerciales.
La Casa de la Moneda de Finlandia, también conocida como Suomen Rahapaja, con sede en Vantaa, ha anunciado su cierre definitivo para la primavera de 2025. Esta decisión histórica se produce en un contexto de profunda transformación en los métodos de pago a nivel mundial, donde el uso del dinero en efectivo ha disminuido significativamente debido a la creciente adopción de pagos electrónicos y digitales. El impacto de esta tendencia ha reducido la demanda de monedas físicas, tanto a nivel nacional como internacional, lo que ha llevado a la Casa de la Moneda a tomar esta drástica medida.
Fundada en 1860 por el zar Alejandro II de Rusia cuando el marco finlandés o markka se convirtió en la moneda oficial del Gran ducado de Finlandia, la Casa de la Moneda de Finlandia ha sido un actor clave en la acuñación de monedas no solo para su país, sino también para otros mercados. A lo largo de los años, ha producido monedas para varios países de Europa y el mundo, siendo un referente en la industria numismática. Sin embargo, la disminución de pedidos y la contracción del mercado han hecho insostenible la continuidad de sus operaciones.
Con su cierre, Finlandia se unirá a la lista de países que, al no contar con una casa de moneda propia, recurren a entidades extranjeras para la acuñación de sus monedas. Este tipo de contratos no es inusual, especialmente en un contexto en el que la producción interna deja de ser rentable para ciertos países. Sin embargo, para los coleccionistas y aficionados a la numismática, este cierre marca el final de una era y abre un nuevo capítulo en la historia de la acuñación finlandesa.
El cierre de la ceca finlandesa plantea también interrogantes sobre el futuro de las monedas físicas en una era donde las transacciones digitales están en auge. Aunque el efectivo sigue siendo un símbolo de soberanía y cultura para muchos, su relevancia en el día a día ha disminuido considerablemente.
Y para los entusiastas de la numismática, la producción limitada de monedas podría, paradójicamente, aumentar el valor de las emisiones finlandesas en el futuro, convirtiéndolas en piezas aún más codiciadas.
El fin de Suomen Rahapaja refleja la evolución del dinero y plantea una reflexión sobre el papel de las monedas en el mundo contemporáneo, donde lo digital gana terreno a lo tangible.
Para más información podéis leer el comunicado oficial, aquí.