El motivo principal de esta moneda de 2 euros conmemorativa de Austria es el 50 Aniversario del Tratado de Estado de Austria.
El Tratado del Estado Austriaco o Tratado de la Independencia austriaca, fue firmado el 15 de mayo de 1955 en el Palacio Belvedere de Viena, entró en vigor el 27 de julio de ese mismo año, y devolvió a Austria la condición de Estado soberano.
Fue firmado por las cuatro potencias que ocuparon Austria al finalizar la Segunda Guerra Mundial – Estados Unidos, Reino Unido, Francia y la Unión Soviética -, y marcó un hito crucial en la historia de Austria. En la mesa de negociación también estuvo presente el Gobierno austriaco, representado por su ministro de Exteriores, Leopold Figl, quien junto al canciller Julius Rabb, lideró las conversaciones que culminaron en la independencia del país.
El proceso de independencia austriaco se gestó tras el fin de la contienda mundial, impulsado principalmente por los propios austriacos. Sin embargo, tuvieron que aguardar su turno, ya que los aliados priorizaron la reconstrucción y organización de Alemania. Además, el estallido de la Guerra Fría complicó aún más la situación. En medio de esta coyuntura, Austria libró exitosamente batallas diplomáticas para salvaguardar su integridad territorial, como el caso de Carintia, disputada por Yugoslavia. Otro territorio en discordia, el Tirol-Sur, no fue objeto de discusión pese a haber sido anexado a Italia al término de la Primera Guerra Mundial en 1919.
La muerte de Stalin en 1953 marcó un punto de inflexión que impulsó un nuevo impulso en las negociaciones entre las potencias vencedoras, especialmente con la Unión Soviética y el gobierno austriaco. Como resultado, la Unión Soviética acordó retirar sus fuerzas de ocupación. Austria, a cambio, se comprometió a mantener una política de neutralidad y a abstenerse de unirse a la OTAN. Aunque la neutralidad no fue explícitamente mencionada en el Tratado, el Parlamento austriaco la proclamó el 26 de octubre de 1955, coincidiendo con la retirada completa de las tropas de ocupación.
El Tratado no solo reconoció la soberanía del Estado austriaco, sino que también abordó otras cuestiones fundamentales. Se garantizaron los derechos de las minorías eslovena y croata, se prohibió cualquier tipo de anexión con Alemania y se rechazó la presencia de organizaciones fascistas y nazis en el país. Este acuerdo sentó las bases para el desarrollo futuro de Austria como una nación soberana y democrática en el corazón de Europa.