El motivo principal de esta moneda de 2 euros conmemorativa de San Marino es el 500 Aniversario del Nacimiento de Tintoretto (Venecia, 29 de septiembre de 1518 – 31 de mayo de 1594).
De nombre Jacopo Comin, en su juventud también recibió el apodo de Jacopo Robusti. Su padre era un tintorero; de ahí que su hijo tuviera el apodo de Tintoretto, o pequeño tintorero, o hijo del tintorero.
Desde su niñez mostró un interés temprano por la pintura, dejando sus primeras huellas en las paredes de la tintorería, y su padre, dándose cuenta de esta inclinación, lo llevó al taller de Tiziano para que aprendiera como artista. Aunque solo fue discípulo de Tiziano por poco tiempo, se dice que aprendió de su maestro las técnicas del color y las sombras. Después de esta experiencia, no buscó otro mentor, optando por continuar su formación de manera autodidacta, y viviendo en condiciones económicas modestas.
Una de sus primeras obras que aún se conserva está en la iglesia del Carmen en Venecia, la Presentación de Jesús en el Templo; y también en San Benedetto están la Anunciación y Cristo con la Mujer de Samaria.
De 1548 es San Marcos liberando al esclavo, quizás su primera obra maestra, que asienta su estilo, y le abre las puertas a a recibir muchos más encargos.
En torno a 1560, Tintoretto comenzó sus numerosas pinturas del Palacio Ducal de Venecia, y pintó para la Iglesia de Santa María del Huerto (Chiesa della Madonna dell’Orto), tres de sus obras destacadas: La adoración del becerro de oro, la Presentación de la Virgen en el Templo, y El juicio final (1562-64). De 1564 a 1588, realizó la decoración de la Escuela (Scuola Grande di San Rocco) y la adyacente Iglesia de San Roque, con La Crucifixión (1565) o La Visitación (1588 – obra que aparece en el diseño principal de esta moneda conmemorativa de 2 euros) . Y las dos grandes obras que culminan su carrera (también en el Palacio Ducal) fueron El Paraíso (1579) y La última cena (1594).
Demostró una impresionante dedicación al trabajo, llevando a cabo una obra tras otra con gran rapidez, dado el volumen de encargos que recibía. Esta notable productividad, que abarcó más de 300 obras, se atribuye también a la existencia de un taller. Su destreza abarcaba tanto la pintura al óleo como el fresco, y sus obras abordaban principalmente temas religiosos, aunque también realizó numerosos retratos de magistrados, funcionarios y hombres de letras.