El motivo principal de esta moneda de 2 euros conmemorativa del Vaticano es el 50 Aniversario del Fallecimiento del Padre Pío (Pietrelcina, 25 de mayo de 1887 – San Giovanni Rotondo, 23 de septiembre de 1968).
Francesco Forgione era de familia humilde, trabajadora y muy devota. Su infancia se caracterizó por una salud frágil y enfermiza, y con un gran deseo por el sacerdocio.
Con 15 años, ingresó como novicio en la Orden de los Capuchinos, siendo entonces cuando adoptó el nombre de Padre Pío. En 1910 fue consagrado Sacerdote en la Catedral de Benevento, aunque permaneció con su familia hasta 1916 por motivos de salud. Fue en ese año cuando lo enviaron al Convento de San Giovanni Rotondo, donde vivió hasta su muerte.
Sin duda alguna, lo que hizo más famoso al Padre Pío fue el fenómeno de los estigmas: heridas en sus manos, pies, costado y hombros, dolorosas pero invisibles entre 1911 y 1918, y luego visibles durante 50 años, desde septiembre de 1918 hasta septiembre de 1968. Este suceso atrajo a miles de personas a San Giovanni Rotondo para verle, besarle las manos, confesarse con él y asistir a sus misas. Se convirtió así en el primer Sacerdote estigmatizado. Sin embargo, después de varias investigaciones y decretos, se prohibieron las visitas al Padre Pío y cualquier tipo de comunicación con él, incluso por carta. Como resultado, el Padre permaneció aislado completamente del mundo exterior durante 10 años, desde 1923 hasta 1933.
En 1940 se reunió con tres de sus devotos más destacados y les propuso un ambicioso proyecto al que él mismo se refirió como «su obra más grande aquí en la Tierra»: la creación de un hospital que llevaría el nombre de Casa Alivio del Sufrimiento. Este hospital fue inaugurado en 1956 con la bendición del Cardenal Lercaro y un conmovedor discurso del Papa Pío XII. Su objetivo era brindar atención tanto espiritual como física a los enfermos. Sin embargo, después de una serie de investigaciones, se le retiró la administración del hospital debido a acusaciones de malversación de fondos.
En 1999, el papa Juan Pablo II lo beatificó, y en 2002, lo canonizó bajo el nombre de San Pío de Pietrelcina.